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Les Beux Batons

lunes, 2 de marzo de 2009

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Sé que a muchos este término no os identifica, porque sabemos de qué se trata; a muchos les parece una tontería y dicen que no es más que una "ilusión", pero es tan así?, no se puede hacer una amistad de forma cibernética?, es necesario ver a la persona con la cual tienes afinidad para que todo sea real?

Personalmente no lo creo así… para mí un amigo es quien escucha, quien apoya, quien se preocupa por ti… y si esa preocupación, apoyo y comunicación es a través de un mail, para mi tiene el mismo significado. Yo tengo, afortunadamente, una vida social muy amplia y quizás eso me lleva a tener más confianza y afinidad con gente de todo tipo, esté o no conectada al mundo "virtual", pero eso no quiere decir que yo busque amistades virtuales... busco simplemente AMISTAD y COMPLICIDAD.

Aunque suene contradictorio, yo veo el concepto de Ciberamor de manera distinta, ahí tengo mis reservas, cuando hablas de amor, ya hablas de algo más físico, más palpable… -yo necesito los cinco sentidos…- pero tambien he aprendido que se puede amar a una persona sin el aspecto fisico, solo te enamoras de su estructura mental de su forma de pensar, y muchas veces conoces aspectos psicológicos que no descubres en otro ámbito, pero una amistad no necesariamente es en base a ese contacto personal.

Yo tengo amigos en mi vida "real" y tengo Ciberamigos… muchos los he conocido antes y a otros después… para mi tienen el mismo valor y aunque suene frío me llenan de igual forma. Por esto mismo, porque son importantes para mi, me apena ver cómo no todos lo ven igual, dejar de comunicarse con un ciberamigo para algunos es el simple hecho de borrar el contacto de MSN, Facebook u otras redes sociales y a no responder mails, pero hay gente como yo que piensa que esa conducta es tan lapidaria como dejarse de ver con tu amigo "real". Muchos me han borrado de su lista de amigos… yo también lo he hecho… al fin y al cabo si no tienes contacto con alguien o no surge afinidad es lógico que se haga. Lo que no es normal -al menos en mi mundo- es que gente con la que hablabas a diario, incluso largas noches en las que el sueño tardaba en llegar, te borre sin decirte nada ni darte explicación alguna o que dejen, de la noche a la mañana, de responder a tus mensajes, de hablar, de actuar como si toda esa relación que había no existiese. ESO NO ES NORMAL.

Tal vez vea las cosas de una manera muy fantasiosa, pero para mi es así. Valoro mucho este tipo de amistades porque me entregan tanto y a veces mucho más que la realidad a la que tanto evado.

A lo mejor no debería darle mayor importancia de la que realmente tiene, pero a mis amigos, sean virtuales o no, les doy TODO, y a veces espero lo mismo. Parece ser que no es posible, te haces ideas equivocadas de los demás, una ciberidea, y realmente no conocemos a esa persona. Punto y seguido vienen las desilusiones... ¿Cuántas de estas relaciones pasarían la prueba del algodón de la amistad?.

jueves, 5 de febrero de 2009

El adiós

Cuando era pequeña siempre llevaba encima un lapicero -casi siempre sin punta-, y cuando se me ocurrían preguntas me gustaba afilarlo y escribirlas, en cualquier parte. Luego le rompía la punta pensando que así no descubrirían que era yo quien iba ensuciando la ciudad con mis dudas. Hasta que me di cuenta de que los niños ya no miraban las paredes ni las mesas, que mis preguntas no tendrían respuesta, y me pareció inútil escribir en sitios donde nadie miraría. Se acabó el romper puntas.Ahora, cuando me entran ganas de hacer preguntas, meto mi mano en el bolsillo y aprieto mi dedo contra el aguijón.

El tiempo pasa, sin decir nada, sin dejar señales o signos, y espero, espero un sueño, una sonrisa, un beso... espero demasiado para lo que ha sido mi vida hasta el día de hoy. Demasiado bonito para ser verdad y para ser duradero.

Pido perdón todas estas letras virtuales, que aun siéndolo, dejaban de serlo cada vez que te tenía delante, mudas, pero vivas, y de esto a veces me arrepiento, solo en parte, porque de haber sido al contrario, el dolor que siento ahora, hubiese sido más insoportable si cabe.

Entre pensamiento y pensamiento, entre lágrima y lágrima, supongo que ha llegado el momento de decir alguna cosa, despues de haberlo meditado bien -aunque temblando-, pensado y repensado, es hora de tomar decisiones. De la misma manera que te conocí, por azares fortuitos, creo que ahora hemos de separarnos, de intentar volver a mi caminito, porque tú de alguna manera has sido ese camino desconocido lleno de sorpresas, buenas y malas... -más buenas que malas por si te lo preguntas alguna vez-, y a pesar de separarme de ti nunca dejarás de estar conmigo, porque has llenado una parte importante de mi vida de la que formas y seguirás formando parte. Tal vez de otra manera, pero siempre ahí.

Tal vez algún día volvamos a encontrarnos en otro camino tempestuoso, en otro lugar... porque la fiebre de escribir y leer, de conocer... no desaparece y seguro que volverá a removerse y dejarse sentir.
De algún modo, sin darnos cuenta hicimos un intercambio, como esas veces cuando juegas de pequeño con los amigos y te intercambias cosas de recuerdo en los campamentos de verano.

Hubiese estado bien que en uno de esos campamentos me hubiesen dado una galletita de la suerte que llevase un papel dentro que pusiera: "El secreto para vivir en paz con todos, consiste en el arte de comprender a cada uno según su individualidad" entre otras cosas más, como dejar el corazoncito guardado para no confundir amor con cariño o amistad...

martes, 3 de febrero de 2009

Como una montaña rusa

Kurt Hutton era alemán, y fue uno de los padres del fotoperiodismo. Con lo cual cuando Hitler tomó el poder de Alemania tuvo que escapar del nazismo y se marchó a Inglaterra.Allí trabajó en la revista Picture Post y le encargaron hacer un fotoreportaje donde se sintiese la vida sonriente y divertida de los barrios bajos. El problema era, que estando amenazados por el fascismo las chicas eran muy reacias a que las tomasen fotos y esas cosas.Viendo que las chicas de a pie no se atrevian, terminó contratando a dos actrices desconocidas y las hizo una foto en una montaña rusa.

3 en 1

La foto fue tan famosa que Hutton trabajo para esa revista los siguientes 20 años.A raiz de esa foto hubo comentarios como el de Charo Canal que dijo: "La montaña rusa puede ser una metáfora del paso del tiempo, que gira en círculo. Subirse a ella es marearse con la vida, confundirse "La foto de Hutton, con el tiempo, paso a ser algo que a todos les gustaba recordar, el pasado perfecto y feliz.

Y a mi me encanta esa foto.

Ahora pienso y me doy cuenta de las pocas imágenes que tengo contigo y casi soy capaz de tocar, imágenes que han cambiado mi vida de alguna manera... Imágenes que tienen una historia no muy larga pero si intensa -al menos para mí-.

Y tengo miles, que se quedaron en intenciones... y muchas no son fotografías.

Como me gustaría que alguna vez, por un momento alguien se atreviera a acercarse demasiado y coserme un traje de papel ceñido al cuerpo, y que temblara al notarme palpitar desde la espalda al coserme cremalleras. Que me diera de beber un caldo ardiente que provocase somnolencia, para perder la noción del tiempo mientras alguien me roza la piel con una aguja de cristal rojo para sentir el frío. Para hacerme sentir lo punzante y escalofriante que puede resultar el mundo una vez estás fuera...

Y llorando le perdono a nadie mi tristeza. Y me tropiezo y ya no sé si las puertas se abren o se cierran. Me encuentro con mi cama y me arrojo sobre ella. Una sábana, dos sábanas, un edredón de plumas y tres pequeños cojines me cubren hasta hacerma desaparecer.

Me acurruco agarrándome las rodillas y me rompo.

El sudor y las lágrimas ya no se distinguen.Y me quedo dormida. O al menos eso espero.....

sábado, 24 de enero de 2009

A la velocidad de un caracol

A veces la distancia entre dos personas no la marcan precisamente los kms marcados en una señal de carretera, ni un metro enrrollado con forma de caracol.

La distancia más larga puede llegar a acortarse hasta el punto de escuchar palabras calladas atrapadas en una mirada , calor en sus palabras, en el abrazo que te ofrece aunque no lo llegue a dar,… algo te dice que aunque no lo puedas ver, sus brazos serán siempre un refugio en dias de lluvia...

Sin embargo, hay quien se escuda en llamar "distancia" a los pasos que él o ella mism@ da hacia atrás, al hasta luego que decidió cambiar por un "adios"…

No creo en distancias interminables cuando el corazón late más fuerte que nunca… cuando tus manos o las rayas azules de tus calcetines solo saben temblar al notarlo cerca…

viernes, 23 de enero de 2009

Lágrimas en los tejados

Hay veces que tengo la sensación de no enfrentarme bien a los problemas. Y sólo por querer de veras.

La presión, esta vez, nunca había sido tan dolorosa. Se dio cuenta de que o luchaba o terminaría pudiendo con ella. Lo consideraba tan especial que todo extremo era delicioso y toda carencia era soportable. Estaba enganchada.

Muchacho de ojos como gatos y de labios como olas, tantas cosas y tanto increíble.

Le pedí un relato más extenso pero las palabras le seguían faltando. Y todo esto porque nunca le habían preguntado. Se limitó a sentir el momento y no volvió a verle. Por eso se explica que ahora esté así. Sin saber dónde ir, si decírselo o no.

Por otro lado estaba ella.

Bajo aspecto de persona fuerte se encontraba su hada, con miedo a todo. El miedo más que terrible que no la dejaba que la descubriesen. Ni siquiera él. “No le conoces”, se decía, y por ello le siguió justificando. Le intentaba entender pero no se dejaba. No demostraba ni un ápice de lo que hace unos días, quizá diría horas, la había demostrado. Las palabras que encajaron y los tiempos que acompañaron.

Había momentos en que ya no sabía si había sido un sueño o si volvía a disfrazarse todo de realidad. De la del hazlo y aunque sea disfrútalo para ti. Que te queda tanto por hacer que no puedes perderte en las ganas. Esas grises ganas que te dijo que sentía.

Siempre la gustaron los cuentos, y dentro de un tiempo conseguirá reírse de todo esto. De tomárselo mejor que ahora, porque ahora la está matando. Dentro de sí misma cree merecer cariño, pero no la ha dado tiempo a verse reflejada en sus ojos. Porque aunque de gato, no son tan profundos como ella pensó. O si.

Una vez se le gastó la personalidad. Créanme que lo confesó. Se la gastó y encontró una que no tenía escudo. Fue hace mucho tiempo. Algún día tendrá que recordarlo y quizá vuelva a encontrarse. Aceptaba por aceptar y no se negaba, simplemente se dejaba llevar. Hacía lo que la gustaba pero no se sentía libre.

Ahora se ve más fuerte y promete no sentir más que cuando le sentía tan cerca que tocarle era como hacerlo con el mar y sentirle era como la sal. Tanta luz. Tanto sol.

El maldito día a día no la elevaba ni un centímetro. Sólo conseguía mantenerse porque después de todo se dio cuenta que había otros mundos. Nunca lo había sentido tan cerca. Necesitaba un cambio. A lo mejor tendría que haberle preguntado y cambiar, pero esas cosas y siempre en ella, resultaban intuitivas. Subía escaleras respirando y luchando contra toda tristeza que dejaban en su cara siempre las mismas calientes y saladas lágrimas. Lágrimas que aparecían en la nostalgia y se perdían en los colores.

Y ya no sabía qué hacer para que las palabras fuesen libres con él. No sabía porque la expresión era lo que faltaba. No sabía porque no podía dejar de sentirse vacía sin sus besos y sin sus ojos. Un momento es poco, una mirada es mucho. Y el tiempo nunca fue al compás. Al revés. Todo parece estar al revés pero era lo que la daba el mejor tesoro. La sonrisa. La de porque sí. Y la de porque tú y porque yo. Y la de encontrarnos.

Al final se dio cuenta que estaba enamorada de él. Todavía no sabe si fue tarde.

Él vivía donde el amor existe bajo unos versos y los poetas son inteligentes con los engaños.

Ella lo hacía bajo su mágica estrella porque era la única que no se apagaba.

A veces me da la sensación de estar intoxicada por alguien. Y estoy cansada de no decirle cuanto tiempo gasto en soñar. En soñar con él. Estoy segura que ella hubiese dejado salir una parte de sí para él. Y ella también lo está. Segura y en el límite.

Pero todo serán sueños ahora. Ahora que la indiferencia a entrado en el bosque del duende.

Otra vez.

Tenía que irse sin dejar en un papel toda su alma, por lo que los tejados seguirían pensando en él.

Lo que pasó